ELEGÍA
Una vez más, bienvenidos a nuestro blog.
Bien, la entrada de hoy va de despedidas. Así, sin rodeos. Para qué alargar la espera. Por una parte, despedida de un curso atípico —por poner el adjetivo más neutro que se me ocurre—, en ocasiones extenuante y agotador, aunque también lleno de gratas sorpresas, grandes descubrimientos y crecimiento tanto en el ámbito personal como laboral. Pero para una persona emocional, estas despedidas a distancia dejan irremediablemente un sabor agri-amargo, vamos, que no me gustan ni un pelo.
Esta situación me hace sentir, salvando el abismo que nos separa, como Alex Supertramp, alter ego de Christopher McCandless, protagonista de Into the Wild, una de las cintas que más me ha marcado a lo largo de mi vida, cuando más negro se veía el futuro de una generación entera. Sí, una versión acomodada, urbanita y capitalista del mismo —diréis—, pero la procesión va por dentro. He aquí la segunda despedida, la de un sueño, un tic menos que sellar en mi to do list, ya que recientemente el gobierno de Alaska ha retirado el icónico autobús en el que se alojó durante los últimos meses de su vida.
Para terminar, una elegía. La tercera despedida, la de un escritor tantas veces denostado como admirado, Carlos Ruiz Zafón, recientemente fallecido a causa de una enfermedad. Siempre estará presente en mis recuerdos como personaje secundario de una historia de amor, aunque haya disfrutado La sombra del viento, su obra cumbre y clave de la trama, muchos años más tarde. También disfruté con mis alumnos de la trilogía de la Niebla y espero que puedan gozar próximamente con la tenebrosa Marina.
Mi homenaje, por si queréis saber un poco más de la obra antes de aventuraros entre sus páginas, bajo estas líneas (¡ALERTA SPOILERS!):
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